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lunes, 26 de enero de 2015

Un paso su por historia

Duarte ¿Conocemos bien su vida?

Juan Pablo Duarte fue el mentor de los ideales de libertad, el hombre a cuya palabra había que recurrir siempre para dar la interpretación justa de los fenómenos históricos de aquel momento y el hombre cuya palabra y ejemplo había que recordar cada vez que se quisiera decir o hacer algo trascendente en esta Patria.
Al celebrarse hoy el 202 aniversario de su natalicio es propicia la ocasión para que cada dominicano se incline reverente ante su pensamiento y acción.

Duarte había nacido, sufrido y muerto en aras de ideales que hoy se ven tan amenazados como antes.
Duarte es símbolo, es bandera cuando se impone ratificar la vocación soberana de una nación que sigue luchando por su independencia real.
La infancia
Torrentes de tinta han corrido para contar la historia de un ser de cuyo nacimiento, ocurrido el 26 de enero de 1813, han pasado ya 202 años, por lo que se impone detener los ritmos y congelar pasiones, para dar una mirada a fondo de la vida de Juan Pablo Duarte, cuarto hijo de Juan José Duarte y de una iletrada Manuela Díez, quien llegó al mundo cuando el matrimonio de sus padres tenía ya diez años, cuenta Orlando Inoa, en su Biografía de Duarte.
Emiliano Tejera sitúa el matrimonio de los Duarte-Díez alrededor del año 1800, cuando los padres de Duarte tenían 32 años, él y 14 ella. Pero Vetilio Alfau sostiene que el matrimonio no ocurrió hasta tres años más tarde, 1803 en Puerto Rico.
Hay versiones que dicen que la familia Duarte y Díez volvió a Santo Domingo de forma discreta después de 1804. Bautizado por el sacerdote José Ruíz, en la parroquia de Santa Bárbara.
Duarte fue el tercero de los hermanos: Vicente Celestino, María Josefa, Ana María, Manuel y Juana Batista. Hubo otros hijos que fallecieron y se habla de una hermana llamada Sandalia, de la cual nada se ha podido documentar.
Formación académica
Duarte no obtuvo, en Santo Domingo ni en el exterior, grados académicos debido a que la Universidad de Santo Domingo fue cerrada por la intervención haitiana en 1823, pero es claro que tuvo grandes inquietudes intelectuales y una vocación firme por la lectura. Devoraba libros e incluso comenzó a estudiar latinidad, con el doctor Juan Vicente Moscoso. En 1829 se produce la salida de Duarte del país hacia Europa y Estados Unidos.
En España, radicó especialmente en Barcelona. Muchas versiones dicen que fue a estudiar, pero no hay una documentación histórica que avale títulos o grados académicos obtenidos.
Rufino Martínez (Diccionario Biográfico Dominicano) explica que el viaje sirvió para lograr una superioridad cultural acorde con la gran empresa patriótica que se iba gestando en su mente.
Américo Lugo sostiene que el viaje no tuvo fines académicos sino más bien en procura de experiencias de vida que sirvieran para aplicar en su pueblo.
Lo que más le impactó, fueron las libertades y los fueros que conoció en Barcelona, deseando que esa realidad fuera posible en el territorio que le vio nacer.
Duarte, el masón
Uno de los aspectos menos promovidos de la vida de Duarte es su condición de masón. En 1843, el nombre de Duarte aparece con el grado masónico de arquitecto, en la lista de la Logia Constante Unión, tal y como se atestigua en la minuta del 24 de 1843 , en el cuadro de dignatarios de esa logia, que estaba bajo los auspicios de la Gran Logia Oriente, de Haití, siguiendo la orientación de la Cámara Simbólica de Haití, pero que en el país se conocía como San Juan Bautista. Como apego a esa práctica, Duarte mantuvo los tres puntos en su firma, un distintivo de la masonería.
El militar
En 1834, con 21 años Duarte tuvo que hacer de conscripto, una especie de servicio militar obligatorio que imponía el gobierno haitiano. Rosa Duarte explica que Duarte entró al cuerpo como “furrier (cabo que distribuye la comida entre las tropas). En 1842 fue nombrado capitán de su compañía, de la cual llega a ser su coronel.
Novias
Juan Pablo Duarte tuvo dos novias: María Antonieta Bobadilla y Prudencia Lluberes, con las cuales llegó al compromiso de matrimonio, aun cuando no se casó.
La sortija de compromiso que obsequió a María Antonia, está en el Museo Duartiano. La de Lluberes no se conoce el paradero.

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