En política nada esta de mas
Por Hidalgo Rocha Reyes
Sin ser un
letrado en las artes psico-sociales o del comportamiento humano en sociedad,
siempre he creído que las relaciones entres los mismos, en sus diversas
facetas, tienen en su génesis la convivencia armoniosa de los intereses
particulares de quienes entablan la misma, sean estas relaciones amorosas,
paternales, sociales, políticas, etc.
Estas pueden
nacer de cualquier situación eventual, preparadas o preferencial donde su
desarrollo, como todo núcleo existencial, dependerá de la formación que sus
integrantes (padres, esposos, miembros social o político, etc.) le den a estas
para la obtención de la satisfacción de sus intereses planteados.
Pero en todas
ellas también, los intereses se contraponen a la divinidad o el destino de los
humanos de amar los unos a los otros, puesto que existen relaciones que su génesis
es la confrontación, la rivalidad, la competencia, y en uno que otro caso la
discordia y la enemistad.
Sin importa muchas
veces las consecuencias, dentro de cualquiera de las relaciones existentes, con
los intereses naturales de las mismas, agrietamos tanto la convivencia de modo
tal que el daño, por mas años de amores que pasamos entre caricias, besos y
abrazos, no podemos subsanar el vendaval de heridas que causamos como miembro o
parte.
Visto esto, analizando
los diversos planteamientos que sobre los resultados electorales obtenido por
la alianza PLD-PRD en la provincia de Barahona, así como de todo el país, hemos visto que algunos analistas no han tomado en consideración que ambas organizaciones, como
ideologías antagónicas, con intereses marcados en la rivalidad y la discordia,
no podían dar nunca resultados satisfactorios en tan poco tiempo, mucho menos
existiendo parte de sus miembros, en el caso del Partido Revolucionario
Dominicano, en la boleta del Partido Revolucionario
Moderno (PRM) como rivales de la contienda
electoral llevada a cabo recientemente.
Como parte
interesada en el proceso recién concluido, fui uno de los primeros que advertí
sobre el fraccionamientos que se realizaría alrededor en las mesas electorales donde
tenía influencia. Pero más aun, cuando en actividades realizadas en conjunto
por ambas organizaciones, ya sean estas de movilizaciones de masas o de
estrategias, en ese entonces visualizar las facciones corporales de los miembros
de estas organizaciones, era observar un campo de limones agrios que tres meses
de enamoramientos no podían endulzar.
Las dirigencias
políticas, quizás como pariguayos enamorado cada 14 de febrero, hicieron
cuantos esfuerzos fueron necesarios para que la militancia de estos dos
partidos entendieran la naturaleza del acuerdo que los unió. Pero aun como entre padre e hijos, amantes y
esposos, cuando se dan hechos y casos que hieren dentro de estas relaciones,
los mismos duran siglos en sanar, y
entre la militancia de estas dos organizaciones políticas, no obstante el
esfuerzo de sus dirigencias, esas heridas la llegaron a estas optar por lo que
era también natural, llevarse del rencor a la hora de ejercer el voto.
El fraccionamiento
se dio, quizás de un lado más que en otro, pero estaba para esperarse. Lo que mucho
no esperaban era encontrarse unido vociferando consignas a favor de una aparente causa común después de
tantas desconsideraciones personales por ideologías e intereses políticos partidarios
y de sobrevivencias social, y se dio.
Lo demás son solo resultados electorales que
hay que valorar, para revertir o descartar, porque en política nada esta de
mas.
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