Enfocarse más en elevar la calidad de los maestros mediante programas

A propósito del inicio del nuevo año escolar… 1 de 2.

Por  Manuel Bolívar Pérez

Es de conocimiento y dominio de todos, que el sistema educativo dominicano históricamente no ha llenado las expectativas de la sociedad, ya que la estructuración de este no ofrece una educación digna a la población, particularmente a los sectores sociales tradicionalmente excluidos, producto de la propia pobreza.

Este tema no es nuevo, de hecho los diferentes gobiernos se han caracterizado por la incapacidad para impulsar políticas públicas en el sector educativo nacional que permitan a los niños, jóvenes y a los adolecentes desarrollarse de una manera integral.

Aunque se puede percibir un esfuerzo para avanzar durante la gestión del cuatrienio que acaba de finalizar, es innegable que en las distintas mediciones o ranking internacionales del nivel de la calidad de la educación, el posicionamiento de la República Dominicana ha sido de los menos halagadores, todo esto debido a múltiples factores o criterios erróneos con que se ha regentado el sistema educativo nacional a lo largo de su historia; a esto se añade, el destino desproporcional de las asignaciones presupuestarias donde en los últimos años ha predominado el gasto de capital con la construcción de aulas y el equipamiento de estas.

Oportuna fue la información en su discurso de toma de posición del pasado 16 de agosto del presidente Danilo Medina, en donde prometió reducir las partidas de gastos de capital en el sector y enfocarse más en elevar la calidad de los maestros mediante programas de formación continua; enfoque este muy acertado, pues dejar de lado las oportunidades de mejoras en los docentes con temas tan puntuales como es la capacitación de los que están ya en servicio y la formación previa basada en competencias de los aspirantes a posiciones docentes a través de los concursos de oposición, seria vano el esfuerzo realizado en la pasada gestión para elevar la calidad de la educación en nuestro país y avanzar en el nuevo proceso “enseñanza-aprendizaje” con el uso de los métodos y técnicas didácticas de hoy en día.

Al igual que otras leyes que sirven de marco legal a otros sectores del aparato productivo nacional, la Ley de Educación No. 66 ´97 es clara cuando se refiere a los fines de la educación dominicana y lo plantea en su Capítulo II, Artículo No. 5, solo hay que interpretar y hacer cumplir la ley, en lo que respecta a trabajar las oportunidades de directores y docentes e invertir en el desarrollo de sus aptitudes mediante las asignaciones presupuestarias razonables para poder cumplir los programas de formación y justa remuneración al cuerpo docente, motivándolos a un desempeño con elevados niveles de calidad.

Pero hay que prestar mucha atención al comportamiento en estos últimos años tanto de centros de formación como de la población estudiantil, en lo concerniente a la oferta formativa o curricular y la elevada matriculación en la carrera de educación respectivamente, lo que ha dejado prácticamente desierto otros programas de carreras en centros y universidades, ahora más que nunca es de suma importancia el funcionamiento de los departamentos de psicología en los centros de nivel superior para trabajar la orientación vocacional de estudiantes universitarios, pues la falta de concientización combinado con el objetivo económico de estos, podría desvirtuar la composición del verdadero sistema funcional que se persigue.

¡Hasta la próxima entrega!