Por Hidalgo Rocha Reyes
En la Semana
Santa pasada nuestra provincia, como siempre nos acostumbra, recibió a miles de
visitantes y vacacionistas, tanto nativos de aquí que vinieron a estar con sus
familiares como de otros lugares del país, que colmaron nuestras playas, ríos y balnearios
para disfrutar y contemplar el encanto con que la madre naturaleza ha premiado
a esta parte de la República.
Fue notorio
como el ambiente comercial, de compartimientos y alegrías se sentía en toda la
ciudad con los preparativos para visitar estos lugares de relajamiento, sol y
arena. Los ciudadanos locales y visitantes de a pie enloquecieron con las
playas de Punta Inglesa, Casita Blanca y la apertura de Playa Saladillas,
incorporada después de mucho batallar por autoridades, movimientos y
asociaciones que entendían que un bien tan preciado y necesitado por esta población
no podía estar al margen del disfrute de sus habitantes, y si al deseo
desmedidos de intereses particulares para su apoderamiento. Qué bueno que no fue así.
Dio gusto
observar las hileras de vehículos que se desplazaban hacia la zona costera de
esta provincia donde se encuentra nuestros mejores balnearios y playas, como El
Quemaito, San Rafael y Los Patos. Estos nos motivo a hacer un recorrido por
esos lugares para ver a nuestras gentes disfrutar de los encantos de estos lugares.
Casi todos están
repleto de personas, más no así de vehículos. De los tantos que vimos pasar
desde la salida hacia la costa no logramos juntarlos en nuestra memoria a ver
lo que había en las diferentes playas. Nos preguntamos si la mayoría había tomado
el camino hacia Pedernales o si existía otro lugar donde estos estaban
disfrutando de sus vacaciones. Y fue así.
Hoy Barahona
no solo cuenta con sus tradicionales playas, ríos y balnearios, sino que también
en la misma zona costera existen inmensidades de casas campestres, villas y
cabañas privadas que les ofrecen a sus propietarios y visitantes agua limpia y
pura en sus inmensas piscinas para el disfrute
de sus vacaciones y días de asuetos.
Pero había que
hacerse un par de pregunta también, Y existen los suficientes ríos, fuentes acuíferas
o arroyos para suministrar el agua
necesaria a esas enormes piscinas que poseen las cabañas, villas y casas
campestres de esa zona? O de donde toman esa agua?
Para sorpresa
de nosotros, mientras barrios de la ciudad padecen del preciado liquido y días tras
días escuchamos denuncias, reclamos y vemos huelgas porque no se pueden
conectar al acueducto de San Rafael, algunas estas piscinas si lo están en franca violación
a la normal y la buenas costumbre.
Realmente sentí
pena ajena, porque aunque mi servicio de agua viene precisamente de ahí y lo tengo
la 24 ahora, ver a personas levantarse temprano para tomar agua en algunos
barrios, cuando el Acueducto Regional o el de la Guazarra, por alguna razón o avería
no están dando el servicio.
Alguien tiene
que resolver eso, no es posible que estas
cabañas, villas y casas campestres estén haciendo este abuso, con nuestro acueducto de San Rafael y con
nuestros habitantes, gentes que malpasa tratando de conseguir un poco de agua
mientras ellos la mal gastan en unas piscinas que utilizan a veces, pero que
siempre tienen que estar llenas por si alguien llega sorpresivamente.
Estos no es justo, esta bien que usted tenga lo suyo, lo que trabajo, lo que se busco, pero esa agua es de toda una comunidad necesitada del mas vital de los servicios y malgastarla asi no se vale.
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