La obligación que se quiere aplicar para que los empleados con ingresos superiores a los 624,329 pesos anuales rindan una declaración de bienes representaría una duplicidad de información y generaría costos adicionales tanto para los trabajadores como para la Dirección General de Impuestos Internos (DGII). Esto se debe a que los empleadores ya están obligados a reportar mensual y anualmente los salarios y retenciones que realizan a sus empleados mediante el formulario IR-3 de tributación.
Germanía Montás, exsubdirectora de la DGII, ofreció a Diario Libre un análisis sobre uno de los aspectos de la "Ley de Modernización Fiscal" presentada recientemente por el gobierno: impuesto sobre la renta de personas físicas (ISR). La propuesta plantea que los empleados con salarios superiores a los 624,329 pesos anuales deberán realizar una declaración jurada de sus bienes e ingresos una vez al año, una medida que, según Montás, es innecesaria dado que la información ya es reportada periódicamente por los empleadores.
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Reportar salario extra La economista aclaró que en la actualidad ya existe la obligación de que los empleados declaren los ingresos adicionales al salario fijo, y del cual no se haya pagado el impuesto correspondiente a través del agente de retención, es decir, por parte de quien se le brindó el servicio.
"Si se quiere conocer ingresos no sujetos a retención, entonces la vía no es decirles a las personas que están obligados a declarar, porque legalmente lo están, si no crear mecanismos eficientes de obtener información sobre sus ingresos que permita determinar el impuesto cuando alguien no cumpla con su obligación tributaria", dijo Montás a DL.
Incluso, precisó que si lo que se quiere es que, por el conjunto de rentas, los trabajadores lleguen a montos que apliquen tasas superiores que pagan el ISR, existen otros mecanismos más simples, como cruzar información de los demás empleadores y contribuyentes.
"Exigir la declaración jurada de todos los empleados, para quienes tienen rentas sujetas al 100 % de retención, se convertiría en un costo adicional para el empleado y también para la administración tributaria que tendría que crear mecanismos para monitorear el cumplimiento (control de omisión) de muchos más contribuyentes que van a generar 0 impuesto y del que tiene previamente todas las informaciones".
Agregó: "El foco no deberían ser los asalariados, si no aquellos que prestan servicios, reciben ingresos y no los declaran porque los mismos no se generan a partir de su relación con sociedades formales, para los cuales deben crearse mecanismos eficientes para obtener información de terceros".
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