En el mes de marzo del 2023 empezó mi batalla, me hice mi auto chequeo acostumbrado de mamas y para mi sorpresa ahí, estaba él pequeñito, silente, insignificante y aparentemente inofensivo.
De manera que no se dejó ver ni por sonografía, ni por mamografía y así logró engañar a la ciencia y a la tecnología mostrando un diagnóstico incierto por el momento, pero ahí estaba sin hacer el más mínimo de los ruidos fue creciendo.
Pasaron los meses silenciosos y sigilosamente fue tomando forma, cambiado de tamaño y contextura, mientras que en mis luchas diarias y mis afanes laborales me entretenían, restándole importancia.
El 8 de diciembre de ese mismo año cuando desperté y me di cuenta, ahí estaba con un resultado positivo de un tumor grado 2.
Desde ese momento empezó la angustia, la incertidumbre, la preocupación de la familia, la lucha, los estudios, las quimioterapias y los gastos incalculables, pero contando con el favor de Dios, la ayuda y oraciones intercesora de mi familia y de las gentes que me quieren.
En marzo del 2024 por una mala práctica médica casi muero, pero la mano de Dios obró a mi favor y aquí estoy en pie y seguimos luchando para ganar esta batalla con el apoyo de todos y la ayuda de Dios porque él tiene el control.
Mi historia no queda ahí, los detalles de cómo fueron sucediendo las cosas y como Dios me libró de la muerte lo compartiré en otra ocasión.
Pero te hago un llamado a confiar en Dios en medio de tu proceso, no importa lo difícil que este sea, él siempre tiene el control y te dará la paz en medio de tu lucha.
Te invito a que luchemos juntos por ti, por mí y por los que ya no están. Tócate antes de que te toque y si no estás conforme con el diagnóstico médico, busca una segunda opción.
«No sabemos lo fuertes que somos hasta que ser fuertes es la única opción que tenemos.»
¡Hasta la próxima!!!!
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