Credibilidad o falsedad institucional II
Como se recordara abordamos el caso de la fiscal adjunta Giselle Reyes y la forma poco profesional del Ministerio Publico al señalar al acompañante de esta, el sargento Luciano familia, ante de las 24 horas en base a los llamados “primeros indicios”, como el responsable, por motivos pasionales, del disparo que le dio muerte.
Esa manera tan alegre en que actuaron el MP y la policía ya lo abordamos en la sección primera, pero no así la condena social y moral a que fue sometida esta ya difunta profesional del derecho. La alegría cultural con que nuestras sociedad condena a sus iguales y en este caso, con son carnavalesco se bailo hasta más no poder, por lo suministrados por esta entidades procesales.
Esa condena social tan repudiante para unos hijos que esperaban a su madre en casa. A una madre que le manifestaba que no saliera y que estaba sentada para verla entrar.
A nadie le debería importar lo falderas, alegres y chulambrica de su vida personal, porque como profesional daba la taya, según el mismo reporte del MP, ya que supuestamente atemorizaba a los que se creían sin ley. Paro mí solo me interesa saber cómo recogeremos la pisoteada moral de estas dos personas, la víctima y el sargento, después de ser sometida al vulgo de esta sociedad que provoco una andanas de voces a la vida
de estas dos personas.
Que si la "vieron salir primero de la cabaña", en un "colmadon bebiendo fría primero", etc. Todo dicho por los medios de comunicación aparado bajo del concepto de “fuentes” y como ya jodió no tiene reparo fiesta contra él.
Y ahora quien. Si, ahora quien? Quien recoge estas especulaciones o condena social a esta mujer, a su familia, a sus hijos inocentes. Podrá el Ministerio Publico reconocer sus faltas de profesionalismos, como encargado de las investigaciones?. La policía, como auxiliar, podrá hacerlo?. Las malas informaciones corren sola pero la buena, que va!
Son tantas las vergüenzas que nos dan el MP y la policía, al dejar por una lado que la delincuencia nos arrope y se den caso como estos, y por otro lado, ser parte de esta misma delincuencia al asesinar a esta mujer con esta mentira involuntaria, alegres, para salir del caso y ponerla al servicios del morbo social. Con ello solo se ha logrado matarla dos veces. Con un tiro en la cabeza y el descredito social,
Al parecer, entonces al todopoderoso dejaremos la moral de los ciudadanos, porque no solo tenemos gatillo alegres en las calles (atracadores, ladrones, etc) sino que en los sujetos llamados a combatir a estos, también tenemos ejecutores alegres para definir los casos en el menor tiempo posible y matarlos moralmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario