Colapsan las plantas de aguas cloacales en el Sur.

En ciudades como San Cristóbal, Azua y Baní, la situación es sumamente grave, pero el fenómeno se extiende a otras como Neiba, Barahona, San José de Ocoa, Pedernales y Jimaní.
Sus sistemas de aguas servidas descargan directamente en ríos, lagunas y zonas agrícolas con su carga de elementos contaminantes físicos, químicos y biológicos, y a menudo en cuerpo de agua de uso humano.
En el caso de San Cristóbal, los reportes dan cuenta que la planta de tratamiento de aguas cloacales es el mayor foco de contaminación de la provincia. Esa planta fue construida en 1977, y lleva más de 15 años fuera de servicio.
Ubicada en el sector de Lavapiés, la referida planta recoge los desechos cloacales de una ciudad con más de 300 mil habitantes en cantidades que superan el metro cúbico por segundo. Esos residuos son lanzados al río Nigua sin ningún tipo de tratamiento.

Afirmó que esto es una bomba de tiempo para esta localidad, “ya que esta situación es un foco directo de contaminación de las aguas subterráneas del lugar, así como de suelos de vocación agrícola”.
Sobre este particular, Edwin Mercedes, encargado del departamento de Operaciones del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA) aquí, explicó que ciertamente la planta está fuera de funcionamiento porque sus equipos mecánicos y electrónicos se dañaron “hace tiempo” y no se han podido reparar.
“Motores, aspas de aireación y los generadores de bacteria para descomponer los elementos sólidos, biológicos y otros que depositan aquí las redes del drenaje cloacal, ya no funcionan hace mas de 15 años”, precisó el técnico.
Igual descripción de ruina presentan otras plantas en ciudades sureñas como Jimaní Jimaní, Neiba, Azua, Ocoa, Barahona y Pedernales, pues los reportes que llegan de estos lugares indican sobre los daños en sus equipos de bombeo, de cloración, filtros, difusores de aire, equipamiento mecánico y electromecánico, sedimentadores y otros. Se sabe que hace años que fueron detenidos por el abandono, el olvido y la corrosión.
DescripciónTécnicos describen una planta de aguas servidas o aguas cloacales, como una instalación donde, a través de mecanismos motores y químicos, se les retiran los contaminantes a las aguas residuales, y sin riesgos para la salud ni para el medio ambiente al disponerlas en un cuerpo receptor natural (mar, ríos o lagos) o por su reuso en otras actividades de la vida cotidiana con excepción del consumo humano (no para ingerir o aseo personal).
Las aguas residuales, explican, son generadas por residencias, instituciones y locales comerciales e industriales.
Éstas pueden ser tratadas dentro del sitio en el cual son generadas, como tanques sépticos u otros medios de depuración “o bien pueden ser recogidas y llevadas mediante una red de tuberías –y eventualmente bombas– a una planta de tratamiento municipal”.
De acuerdo a cifras citadas por la viceministra de Medio Abiente, Rosa Urania Abreu, aún cerca de 1,100,000 dominicanos no tienen acceso a agua por acueducto y más de 1,360,000 habitantes no cuentan ni con las más mínimas condicones para la disposición adecuada de sus excretas.
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