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viernes, 23 de septiembre de 2011


Obispo de Barahona cree que la vida ha perdido el respeto y la inviolabilidad

Por Benny Rodriguez


Barahona.- El obispo de esta diócesis, Monseñor Rafael Leonidas Felipe Núñez, consideró que los hechos de violencia y el número creciente de personas asesinadas en el país en las últimas semanas lo llevan a pensar que la vida ha perdido su respeto, así como su inviolabilidad.


El máximo representante de la Iglesia Católica en la región Enriquillo, se expresó en esos términos esta mañana, en el programa: Evangelizando que se transmite de lunes a viernes a través de la emisora católica radio Enriquillo y en el que participa lunes y jueves de cada semana.

El religioso sostuvo que estremece el número, cada vez más creciente, de personas muertas por ajustes de cuenta producto de la ola de violencia y de la criminalidad que impera en el país, lo que mueve a preocupación a los diversos sectores nacionales de la República Dominicana.

“Estremece el número creciente de personas asesinadas violentamente por ajustes de cuentas, violencia de género, por problemas internos en el mundo de las drogas, por imprudencias en carreteras y avenidas y por la presencia entre nosotros de sicarios asalariados”, observó.

Mostró preocupación porque, a su juicio, más que disminuir, ese panorama continúa creciendo, por lo que, afirmó, la mayor contribución y denuncia que la Iglesia Católica puede hacer a favor de erradicar ese flagelo social que afecta las fibras sensibles de la sociedad dominicana es con el llamado de oración y de ayuno convocado por la Conferencia del Episcopado Dominicano.

Rafael Leonidas Felipe Núñez, sostuvo que la República Dominicana es un pueblo de paz, por lo que invocó a que el país haga suya aquella canción juvenil cristiana: “somos amantes de la paz”, debido a que los hombres y mujeres de la República Dominicana no quieren más violencia ni crímenes.
“Rechazamos los atracos, los feminicidios, los suicidios, ese pequeño grupo que está desorganizando nuestro país, creando tanta tensión y angustia, no es la mayoría y esa minoría no puede, no puede, jamás, imponerse a los que somos más”, dijo con firmeza el religioso.

Cree que ante ese desafío es necesario recordar las palabras firmes y seguras de la palabra de Dios: no matarás, por lo que, a su juicio, la vida es sagrada y nadie puede asignarse el derecho de privar a una persona de ella, la que, afirma, debe protegerse desde la concepción hasta su muerte natural.

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