Hoy se
cumple el 65 aniversario del triste episodio, ocurrido el domingo 11 de enero
de 1948.
Córdova expuso, a rasgos generales, los principales detalles del
hecho, en donde murieron parte de los mejores peloteros de aquella
época. El equipo “Santiago B.B.T” (1947-1948), que pereció en el
paraje de Río Verde, Yamasá, el domingo 11 de enero de 1948, estaba conformado
por Aquiles Martínez, Miguel -Boquita- Rodríguez, Ventura -Loro- Escalante,
Puchulán Rivera, Alberto -Mimo- Estrella, Bebecito del Villar, Enrique
-Mariscal- Lantigua (quien no tomó el avión de regreso, y se salvó) y Papiro
Raposo, Toti Jiménez, Chino Álvarez, Toñito Martínez, Nando Valerio, Pepillo
Aybar, Yeyo Hernández, Sancho Tatis y Antonio Devorax, Grillo “A”, Papito Lucas
y Bombo Ramos.
Crónica del suceso
En el mes de diciembre de 1947, se puso en marcha el Campeonato
Nacional, diríamos, de Béisbol semi profesional, con la participación de seis
conjuntos representativos de diferentes regiones de la República: “Guerra y
Marina”, “Papagayo”, “Estrellas de Oriente”, “Estrellas del Sur”, “Escogido
Mocano” y “Santiago”. Para la fecha del domingo 11, el día de la tragedia, se
anunciaron tres encuentros en la continuación del torneo mencionado, el equipo
“Santiago” jugaría contra las “Estrellas del Sur” en Barahona; el “Escogido
Mocano” se enfrentaría al team “Papagayo” en La Romana y las “Estrellas de
Oriente” se trasladaban a la capital para competir con el “Guerra y Marina”.
De acuerdo a la versión del capitán piloto retirado FAD, Ricardo
Antonio Bodden López, el sábado 10 de enero de 1948, la Oficina de Operaciones
Aéreas de la Compañía Dominicana de Aviación en el Aeropuerto “General
Andrews”, mostraba en la pizarra correspondiente a la lista de vuelos, un aviso
señalando que la caseta de comunicaciones del Aeropuerto de Santiago estaba
fuera de servicio, debido a que el día anterior, el segundo teniente piloto
Reyes Kunhard (Llío), había hecho un vuelo rasante en un avión AT-6 y con la
punta del ala, chocó y destruyó la antena.
Santiago no tenía comunicación aérea.
En la lista de vuelos domésticos en la capital, estaba anotado que
dos aviones DC-3, viajarían a Barahona, donde las tripulaciones pernoctarían.
Esos dos aviones recogerían uno en Santiago, al equipo de pelota
(los jugadores) y el otro a los directivos, periodistas y fanáticos.
La tripulación de ambos aviones estaba compuesta de la siguiente
manera: Comandante 1er. Tnte. piloto Felipe Cartagena Portalatín, Copiloto 1er.
Tnte. piloto Ramón Peralta, Comandante 1er. Tnte. piloto Ramón Hernando
Ramírez, Copiloto 2do. Tnte. piloto Ismael E. Román Carbuccia.
El copiloto Román Carbuccia salió del campamento por un momento en
la cercanía del aeropuerto, y cuando dieron la orden de despegue, al no
encontrarse a Román, ordenaron al 2do. Tnte. piloto José del Carmen Ramírez
Duval que lo sustituyera y se fuera hacia Barahona, donde dormirían.
En la tarde del 11 de enero, después de finalizar el segundo juego
de pelota, los dos aviones despegaron, con intervalo de 15 minutos. Ya en el
aire los aeroplanos, los tripulantes comenzaron a sentir el mal tiempo que
imperaba en la ruta. Cada vez que trataban de comunicarse por radio con el
campo de aviación de Santiago, no lo podían hacer, su torre de radio estaba
destruida y no podían conocer cuáles eran las condiciones de visibilidad y
lluvia en la cercanía del campo.
El Tnte. Cartagena Portalatín, mocano de origen, decidió aterrizar
en la entonces Ciudad Trujillo, mientras que Hernando Ramírez determinó viajar
hacia Santiago, lo cual no pudo realizar por el mal tiempo, y entonces marchó
hacia la capital, en cuyo camino se estrelló en las montañas de Río Verde,
muriendo todos los ocupantes, 18 peloteros, piloto, copiloto y 12 pasajeros,
dando un total de 32 seres humanos.
Finalmente, Don Cuqui Córdova destacó que publicará un libro
relativo a todas las peripecias y conjeturas de la tragedia, en cuyo contenido,
resaltó Córdova, habrá algunas sorpresas e informaciones inéditas del
triste acontecimiento.
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