Bemoles del Patrullaje
Policíaco-militar
En el lenguaje musical bemol es
una nota que suena un poco más bajo que como debe sonar. Concretamente, “es un
semitono más bajo que su sonido natural”, según la Real Academia de la Lengua y
otros diccionarios del idioma español.
Otra acepción de dicha palabra indica que se usa “para ponderar lo que
se tiene por muy grave o dificultoso”.
En el caso del patrullaje policíaco-militar iniciado hace varias
semanas con el fin de contrarrestar la delincuencia común y los altos niveles
de criminalidad que tienen paniquiado a todo el país, han surgido numerosas
críticas mediáticas, sobre todo de aquellos sectores que observan con ojeriza
todo lo que se organiza y ejecuta desde el gobierno central.
Hemos escuchado y leído cuestionamientos que van desde la
descalificación a las acciones emprendidas, con el alegato de que lo que hay
que hacer es implementar acciones tendentes a aumentar las posibilidades de
empleos y programas de reorientación familiar, hasta el argumento
malintencionado de que eso ahuyenta a los turistas.
Incluso en estos días, a propósito de los atentados criminales y
homicidas contra varios oficiales del Ejército y la Fuerza Aérea, hemos pasado
por la pena de ver algunos comunicadores y políticos casi justificar esos
actos, echándole la culpa a las autoridades por el patrullaje que se está
implementando.
Creo, como muchos, que el plan debe continuar. Creo necesario poner en
práctica otras acciones que salgan de lo puramente represivo, como son los
programas educativos, culturales, deportivos y de reinserción de muchos jóvenes
en la sociedad, la cual es mayoritariamente respetuosa de las leyes.
Condeno el erróneo criterio de que la delincuencia y la criminalidad
que crece en nuestro país es producto de la falta de oportunidades y de la
pobreza, porque con ello están acusando a los pobres de ser delincuentes y
criminales, sólo por la condición de ser pobres. Nada más falso. Acaso alguien
conoce de algún delincuente que cometiese un asalto o atraco para llevar comida
a sus padres o a sus hijos?
Quien suscribe es hijo de padres muy pobres y la
generación en la que nos criamos, o por lo menos los amigos y condiscípulos
escolares de aquélla, éramos todos pobres. Ninguno fuimos delincuentes y casi
todos (98%) profesionales. Hay que recordar que la delincuencia también está en
sectores que se suponen poseedores de bienes materiales, incluso ricos. Acaso no es
delincuente el financista que junto a otros de cuello blanco hace fraude desde
un banco? (Por ejemplo).
Apoyo que el patrullaje sea complementado con otras acciones que
enfrenten la raíz del problema que nos tiene conminado en cuatro paredes: la
descomposición familiar, el narcotráfico (sobre todo el micro-tráfico) y la
pérdida de valores culturales, históricos y humanos.
Apoyo que continúe el patrullaje policíaco-militar por un tiempo,
porque no podemos volver a dejar a la ciudadanía desprotegida, mientras los
delincuentes comunes siguen siendo dueños de las calles.
Ahora bien, los militares y policías deben recibir la garantía y la
seguridad que ahora no tienen. No es posible que un soldado que está de patrulla en un
barrio de la capital o de cualquier otra ciudad importante del país, termine su
labor de patrullaje a equis hora del día o de la noche sin haber recibido un
sándwich o pica pollo de parte de las autoridades y que, por demás, tenga que
salir a pie para su casa porque no tiene 100 ó 200 pesos para pagar un pasaje.
Qué seguridad tiene ese militar o policía que está protegiendo a la
ciudadanía si al terminar su jornada, su turno, tiene que buscársela como un
toro para llegar a su hogar?
Peor aún, tengo la información de que durante la jornada de 6 ó 8 horas
no reciben ni una ración alimenticia para que se mantengan en sus puestos.
Cualquier bocado o juguito que le de un buen samaritano le cae bien a esos
servidores públicos, aunque en ese brindis haya un veneno que los saque de
circulación por el resto del día o, peor aún, por el resto de sus vidas.
Son bemoles, externos e internos, que deben ser tomados en cuenta por
los superiores de los cuerpos castrenses y por el mismo Presidente de la
República.
Digo…me parece…
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