Gobierno trabaja por solucionar problema de inundaciones por lago Enriquillo en Boca de Cachón

“Ya sé que pronto me iré de aquí con mi familia al nuevo poblado que está construyendo el gobierno”, comenta.
Ella, al igual que dos mil 12 más personas que han sido censadas, entre adultos y niños del poblado de Boca de Cachón, están pendientes de los avances en los trabajos de construcción del núcleo urbano con el que se sustituirá a su pueblo de origen.
Boca de Cachón está situado a unos 270 kilómetros al Suroeste de Santo Domingo. Su principal vía de acceso es a través de la carretera que comunica el municipio de Neiba, en la provincia Bahoruco, con otros poblados que delimitan el lago Enriquillo, el más grande del Caribe; pero también hasta él se llega después de Jimaní, un tramo que, sin embargo, ya se encuentra bajo las aguas.
En efecto, el Gobierno central trabaja actualmente en el desmonte, planeamiento y medición del lugar que albergará alrededor de tres mil viviendas, acueducto, escuela, liceo, dotación de policía, hospital, cabildo, dos iglesias, parque de diversión, áreas verdes,22 calles y otras obras para alojar instituciones que serían construidas en el lugar que asentará al nuevo poblado de Boca de Cachón, situado a menos de diez kilómetros de Jimaní, en la provincia Independencia.
Sin embargo, hay un problema: aún se desconoce el monto de la inversión. ¿Las razones? Se trabaja sobre la marcha dada la premura que tienen las autoridades de que el proyecto adelante y se pueda terminar cuanto antes. El propio presidente Danilo Medina lo ha dispuesto así. Es un compromiso que ha asumido, un reto que tiene por delante.
Se tienen aproximaciones de costos, de estimados, pero cada vez surgen ideas y otras necesidades inmediatas. Por ejemplo, no se tenía previsto que las inundaciones del Lago Enriquillo se expandieran hasta el límite de la loma que circunda la carretera que comunica la zona con Jimaní o con La Descubierta, si se transita en sentido contrario al municipio cabecera de la provincia Independencia.
Mil quinientos millones es el valor aproximado de todas las obras en conjunto. Esta cifra, empero, puede que se quede corta, porque se prevé la reconstrucción de un nuevo tramo carretero, que de hecho ya se está avanzando desde Jimaní, pero que las aguas del acuífero han obligado a realizar nuevos cálculos y nuevas mediciones.
“Comenzamos a subir el nivel de la carretera para contener las aguas, pero ahora, por más que se ha subido el nivel de la carretera en reparación, nos hemos encontrado con la realidad del problema: el lago sigue subiendo, sigue filtrándose hacia el otro lado, y entonces la alternativa que estamos estudiando es construir un elevado de unos 700 metros de largo. Y esto se explica en que los costos serían más bajos que si se asumieran los trabajos de disminuir la orilla de la loma, con todo lo que implica el movimiento de tierra”, explica Agustín Martínez, uno de los ingenieros contratistas.
El simple hecho de construir el elevado dispararía muy considerablemente los costos.
Severo Mateo, nativo de Boca Cachón, no cree que el período de cuatro años de gobierno de Danilo Medina sea suficiente para terminar el nuevo poblado, pero, asegura, “que algo es algo y peor es nada”, una especie de alimentar la esperanza que tienen los lugareños en que sean desplazados cuando antes.

Sus habitantes mayormente vive de lo que se les ‘pega’, sobre todo del contrabando: carbón, tráfico de haitianos indocumentados, macuteos de militares en los puestos de chequeos y hasta del trasiego de armas y de drogas. De todo acá se vive, aunque nadie diga cómo y de qué vive.
De todas maneras, en Boca de Cachón el peligro ya no es el lago, sino el futuro, pero como dijo Emilio Moquete “hay futuros inciertos”, porque no todo está claro en estas obras que se planifican para trasladar al antiguo poblado.
En la actualidad técnicos de la Comunidad Económica Europea realizan trabajos en las comunidades bajo peligro de inundaciones, evaluando proyectos sociales y de desarrollo.
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