Por que no orinan las aves??
Bien, para dar buena respuesta haría falta concretar lo que
entendemos por «orinar». Evidentemente, si lo circunscribimos a la acción que
realizamos nosotros –y el resto de mamíferos–, las aves no orinan. Pero también
podríamos decir que lo hacen de
otra forma.
Vayamos por pasos. Comencemos por
aclarar que la micción –como también se llama a la acción de orinar– es el
proceso que elimina la orina de la vejiga hacia el exterior del cuerpo. Esta es
la etapa final del sistema excretor. La defecación, en cambio, es la etapa
final de otro proceso: el digestivo. Como es bien sabido, los mamíferos
efectuamos estas dos funciones mediante dos vías diferentes.
Pues bien, decíamos que las aves lo hacen de forma bien
distinta. Y es que, entre otras cosas, no tienen vejiga (con la excepción de los
avestruces). Además, tampoco tienen dos orificios de salida, sino uno solo: la cloaca. Por lo tanto, sensu stricto, la respuesta ha de ser que
no orinan. Ahora bien, lo que sí que tienen es el órgano fundamental del
sistema excretor: el riñón.
Y ahora viene la explicación de por qué no orinan: el riñón
filtra la sangre y produce un líquido de rechazo –de alto contenido en ácido
úrico, pero no en urea– que acaba en el coprodeo, donde se mezcla con los
excrementos procedentes del tubo digestivo. La mezcla resultante tiene una consistencia pastosa más bien líquida y un aspecto blanquecino,
y se expulsa al exterior a través de la cloaca. Esta mezcla es rica en
nitrógeno y fosfatos, lo que la convierte en un buen fertilizante, que se utiliza como abono (como en el caso del
guano). También puede contener semillas de plantas ingeridas que se han hecho
resistentes a los líquidos digestivos, lo que facilita su dispersión (caerán
con el abono incorporado).
Daños en fachadas
Las aves que reposan habitualmente
en un lugar fijo, como muchas rapaces en sus atalayas, forman capas de
excrementos que en ciertos casos aportan los nutrientes necesarios para el
crecimiento de líquenes. Asimismo, algunas aves marinas, como la gaviota
sombría (Larus fuscus), «bombardean» con excrementos tanto a los rivales que
les quieren quitar los peces como a los depredadores que se acercan a las
colonias de cría.
Ahora bien, su carácter ácido los
hace corrosivos y por ello muchas aves urbanas como las palomas, dañan las
estatuas y fachadas donde reposan. También existe la posibilidad, aunque poco
probable, de que nos caiga en la cabeza…
Finalmente comentaremos que el ácido úrico es mucho menos tóxico
que la urea y ello hace que no necesite ser diluido en una gran cantidad de
agua, como sí pasa con los mamíferos. Gracias a ello, en la bolsa proximal se
produce la reabsorción de buena parte del agua, lo que ayuda a evitar la
deshidratación y, al no necesitar beber con tanta frecuencia,
permite que las aves sean más ligeras, facilitando el vuelo. Además,
tiene un valor adaptativo en las especies que viven en zonas esteparias, áridas
o desérticas, como algunos tetraoninos. ABC.es
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