Si sabemos que mata, ¿por qué seguimos fumando?
Fumar puede matarte. Lo
sabemos, por lo menos, desde hace 50 años; aun así, millones de personas siguen
fumando, y otras miles adquieren el hábito cada año. ¿Por qué?
Sus
historias involucran fuertes adicciones, un desafío ferviente, y miles de
millones invertidos en hacer que las personas actúen en contra de sus mejores
intereses. ¿Qué tan malo es?
En
1965, el 42 por ciento de la población fumaba. Hoy en día, el 19 por ciento de
los estadounidenses lo hace, según los Centros para el Control y la Prevención
de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Esa cifra parece ser
relativamente pequeña, pero representa aproximadamente unos 43,8 millones de
estadounidenses, y la disminución del número de personas que fuman se ha
estancado, dicen los expertos.
Fumar todavía
es la causa número uno de muertes prevenibles en Estados Unidos y lo ha sido
durante décadas. Mata a más personas que la obesidad, el abuso de drogas, las
enfermedades contagiosas, las armas de fuego y los accidentes de tráfico, según
el CDC.
Alrededor
de 443.000 estadounidenses mueren a causa de enfermedades relacionadas con el
fumar cada año, según el Departamento de Salud de Estados Unidos.
Incluso
el presidente Obama, quien ha impulsado una de las leyes anti-tabaco más
estrictas de la historia, admitió en 2009 que dejó de fumar pero que todavía
“cae en la tentación” en ocasiones. El deseo de fumar es así de fuerte.
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