Cómo son los
síntomas de la diabetes
La
diabetes es una enfermedad que afecta a 347 millones de personas en
todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tienes
antecedentes familiares? ¿Tienes sobrepaso?
Detectar a
tiempo la enfermedad es fundamental para poder llevar una vida sana y normal.
En este practicograma te mostramos cómo son los síntomas más comunes de la
diabetes.
1 La
diabetes, un desorden del metabolismo.
El
metabolismo es el proceso que convierte los alimentos ingeridos en energía. El
factor más importante en el desarrollo de este proceso es la insulina, una
hormona segregada por el páncreas.
Durante la
digestión, los alimentos se descomponen para crear glucosa, la mayor fuente de
'combustible' para el cuerpo. La glucosa pasa a la sangre, donde la insulina
facilita su entrada en las células.
Si este
proceso falla, por un lado, se "priva al cuerpo de su principal
fuente de energía y, por otro, puede dañar los vasos sanguíneos, los riñones y
los nervios, así como producir complicaciones relacionadas con el corazón, el
sistema circulatorio y la vista", según el estudio 'La
diabetes de Tipo 2. Estudio Crítico de Situación', de 2012.
2 La diabetes
mellitus, la más común.
Existen
varios tipos de diabetes. La más común es la diabetes mellitus, aunque también
existen la gestacional, la MODY o monogénica,
la secundaria (inducida
por enfermedad, cirugías, medicamentos...).
Dentro de la
diabetes mellitus hay dos tipos:
-Diabetes
mellitus tipo 1. El páncreas no produce o produce poca insulina.
-Diabetes
mellitus tipo 2. Las células del cuerpo no responden a la insulina.
El tipo 1 es
más frecuente entre niños y jóvenes. El 10% de los diabéticos padecen esta forma
del trastorno. La diabetes tipo 2 se da más entre mayores de 40 años. Sin
embargo, según apunta el doctor Alfonso Calle, Jefe de Servicio de
Endocrinología, Metabolismo y Nutrición del Hospital
Clínico San Carlos de Madrid,"la de este último tipo, es cada vez más
frecuente a partir de los treinta años".
En las
personas que padecen diabetes del tipo 1, como sus cuerpos no producen
insulina, deben inyectársela de por vida. En las personas que padecen el tipo
2, el tratamiento es más complejo.
3 Aumento de
la micción y sed excesiva.
La diabetes
de tipo 2 está considerada como la 'plaga del s.XXI'. Así coinciden el doctor
Calle y el doctor Ricardo Gómez Huelgas, Jefe de Servicio de Medicina Interna
del Hospital Regional Universitario
de Málaga y Coordinador del Grupo de Diabetes y Obesidad de la Sociedad Española de Medina Interna.
Este tipo de
diabetes "suele estar asociada al sedentarismo, el sobrepeso, el
abuso de grasas y alimentos con exceso de calorías y, en general, los hábitos
de vida poco saludables", apunta el doctor Gómez.
Los síntomas
para detectar la enfermedad, afirma el doctor Calle, "son más claros
y evidentes en pacientes con diabetes tipo 1, mientras que en los de tipo 2
suelen ser de difícil reconocimiento. Suele ser una enfermedad muy silenciosa y
es más común detectarla a través de los análisis de sangre periódicos".
Uno de los
síntomas más característicos de la diabetes es el aumento de la frecuencia de
la micción. Si necesitas orinar con frecuencia, especialmente por la noche,
podría ser un síntoma de diabetes. Esto sucede porque los riñones intentan
deshacerse lo más rápido posible de todo ese exceso de glucosa en la sangre.
Es por esto
que aparece la sed excesiva. Tu cuerpo está tratando de reponer los líquidos
perdidos. Estos dos síntomas van de la mano y son algunas de las formas que
tiene el cuerpo de manejar los altos niveles de azúcar en la sangre.
4 Pérdida de
peso pese a tener arrebatos de mucho apetito.
Los niveles
excesivamente altos de azúcar en la sangre también pueden causar una pérdida
rápida de peso. Un adulto que pierde de 5 a 10 kilos en dos o tres meses sin
ningún motivo que lo justifique debería consultar con un médico.
Si la
insulina no hace llegar la glucosa a las células, donde es usada como energía,
el cuerpo 'cree' que está falto de alimento. Entonces, comienza a descomponer
las proteínas de los músculos como fuente alternativa de 'combustible'.
Por otro
lado, los riñones también trabajan 'horas extras' para eliminar el exceso de
azúcar, y esto conduce a una pérdida de calorías, además de dañar los riñones.
Ambos procesos requieren una gran cantidad de energía por lo que se acaba
produciendo un déficit de calorías en tu cuerpo.
Todo esto es
compatible con que se produzcan ataques repentinos de hambre, otro signo típico
de la diabetes, que pueden provenir de picos agudos y bajos en los niveles de
azúcar en la sangre. Cuando los niveles de azúcar en la sangre caen, el cuerpo
cree que no ha sido alimentado y exige más glucosa de la que las células
necesitan para funcionar.
5 Problemas
de la piel e infecciones.
Los picores
en la piel, por ejemplo, por mala circulación, pueden ser una señal de la
diabetes. También pueden serlo otros problemas de la piel como la acantosis
nigricans, un oscurecimiento de la epidermis alrededor del cuello o la axila.
Además, la
diabetes, hace más probable que se sufran variedad de infecciones. Tanto hongos
como bacterias se desarrollan en ambientes ricos en azúcar. Las mujeres, en
particular, deben tener cuidado con las infecciones vaginales por cándida.
Como la
diabetes puede debilitar la capacidad de tu cuerpo para combatir los gérmenes,
también aumenta la probabilidad de desarrollar infecciones en las encías y en
los huesos que sujetan los dientes. El retraimiento de las encías, o la
formación de llagas en ellas, son dos signos que pueden hacer saltar las
alarmas.
6 Cicatrización
lenta.
Tanto los
problemas del paso anterior, como los siguientes, raramente se producen sin que
la enfermedad ya haya sido diagnosticada de ahí la "importancia del
cribado en población de riesgo a través de los análisis periódicos de
sangre", como sugiere el doctor Gómez.
A partir de
una glucosa de 126 mg/dl -cuando se considera ya que se ha adquirido la
diabetes- y hasta 180 "el organismo ya está sufriendo daños
cardiovasculares, aunque el paciente puede no estar padeciendo los síntomas, o
éstos pueden ser apenas perceptibles", afirma el doctor.
Las
infecciones, cortes y contusiones que no se curan rápidamente son otro signo
clásico de la diabetes y que se hacen más evidentes en enfermos ya
diagnosticados. Suele ocurrir porque los vasos sanguíneos están siendo dañados por
la excesiva cantidad de glucosa que viaja por venas y arterias.
Esto hace
que sea difícil para la sangre -necesaria para facilitar la curación- llegar a
las diferentes partes del cuerpo.
7 Fatiga e
irritabilidad.
Cuando la
gente tiene niveles altos de azúcar en la sangre, dependiendo de cuánto tiempo
conviva con ello, puede llegar a acostumbrarse a sentirse mal de forma crónica.
El tenerse
que levantar al baño varias veces durante la noche hace que cualquier persona,
al no dormir bien, esté cansada. Si a esto se añade el esfuerzo extra que el
cuerpo realiza para compensar la deficiencia de glucosa, el cansancio aumenta.
Y estar
cansado te hará estar irritable.
8 Visión
borrosa, hormigueo, entumecimiento...
Tener una
visión distorsionada o ver destellos ocasionales de luz son una consecuencia
directa de los niveles altos de azúcar en la sangre.
La visión
borrosa es un problema de refracción. Cuando el nivel de glucosa en la sangre
es alto, cambia la forma de la lente y el ojo. Este síntoma es reversible una
vez que los niveles de azúcar en la sangre regresan a un nivel normal o casi
normal. Sin embargo, si se permite que el azúcar en tu sangre no esté
controlado durante mucho tiempo, la glucosa puede causar un daño permanente,
incluso, la ceguera.
Por otro
lado, el hormigueo o el entumecimiento en las manos y en los pies, además de
ardor o hinchazón, son también signos de que los nervios están siendo dañados
por la diabetes.
Si los
síntomas son recientes, es probable que esto sea reversible. Pero si hay
niveles altos de azúcar en la sangre durante largo tiempo, el daño puede ser
permanente. En casos extremos puede llevar a la amputación de miembros, como
recuerda la OMS en sus '10
datos sobre la diabetes'.
9"Mi
hija tiene que hacerse de 7 a 10 controles al día"
La vida de
Raquel Blanca, de la Asociación de
Diabéticos de Madrid cambió cuando su hija fue diagnosticada con
diabetes de tipo 1 cuando tenía 5 años y medio.
"Fue
por casualidad. Mi endocrino vio algo raro en la niña y empezó a sospechar que
podía ser alérgica a algo. La hicieron los análisis y se confirmó la mala noticia.
Fue un shock".
Ahora, su
hija tiene 8 años. "Nos ha cambiado la vida. Tuvimos que cambiar a
nuestra hija de colegio, a uno donde hubiera enfermera. Se tiene que hacer
entre 7 y 10 controles diarios y necesita que la suministren la insulina cuando
lo requiere".
Para su
pequeña jugar o hacer deporte es un momento crítico. "El ejercicio le
hace perder glucosa y hay que estar pendiente para que la reponga con hidratos
de carbono lo antes posible para que no tenga una hipoglucemia -caída del
azúcar en sangre-".
"Convivir
con la diabetes no es fácil pero se aprende. Te conviertes en una enfermera
para tu hijo".
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Además del
13,8% de la población que es diabética, existe otro 15% llamados
'prediabéticos' con ciertas alteraciones de la glucosa en la sangre -entre 100
y 125 mg/dl-. Si estás en este grupo aún puedes evitar que avance la
enfermedad. Para el doctor Calle, "hacer ejercicio, consumir
alimentos saludables y evitar las grasas animales, entre otras, reducen el
riesgo de sufrir la diabetes de tipo 2", algo en lo que coincide el doctor
Gómez.
Si sospechas
que puedes padecer la enfermedad, tienes antecedentes familiares o crees que
alguien de tu entorno puede sufrirla, ambos doctores recomiendan acudir al
médico de familia. Con un sencillo análisis de sangre podrás salir de dudas.
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