¿Por qué las personas impuntuales son más felices?
Según la Doctora Diana DeLonzor las personas impuntuales hemos sido impuntuales toda nuestra vida, para cualquier tipo de actividad, buena o mala.
Se ha hecho muy poca investigación al respecto pero se cree que las personas que estamos siempre tarde estamos conectadas así y el problema se puede rastrear a los lóbulos del cerebro.
No somos flojas, poco productivas, desconsideradas o egoístas, no estamos tratando de insultar a nadie con nuestra impuntualidad, simplemente es parte de nuestra psique y nuestra personalidad.
Esto no es ni bueno ni malo (aunque suele ser muy molesto para las personas puntuales en nuestra vida) pero sí tiene algunos beneficios que yo no había visto antes:
Somos fundamentalmente esperanzadas. La gente que vivimos crónicamente tarde creemos que vamos a lograrlo, creemos que podremos terminar las cosas a tiempo, creemos que llegaremos, creemos. Esto puede hacernos parecer poco realistas (sí, sí vivimos en un mundo de caramelo) y malísimos para calcular el tiempo, pero la realidad de las cosas que somos optimistas.
Y ser optimista es algo bueno para la vida… Tal vez no para el tiempo de los demás en momentos específicos, pero sí para mantener una actitud positiva frente a lo que venga.
Mantener un panorama positivo es vital para ser exitosos y felices. Investigaciones han demostrado que la felicidad aumenta la productividad, la creatividad y la capacidad de trabajar en equipo.
Ser impuntual no te hace un mal empleado, te hace uno bueno bajo esta perspectiva. Sí, tal vez tengan que esperarte un par de minutos, pero llegarás con toda la actitud necesaria para hacer que las cosas pasen.
En la Universidad de San Diego hicieron un estudio que relaciona la impuntualidad con los tipos de personalidad B, los que son más extrovertidos y fáciles de tratar.
Según ellos, las personas con este tipo de personalidad vemos la pintura completa y pensamos en el futuro como un mundo lleno de posibilidades.
Ser impuntual crónico tiene algunas ventajas en personalidad… pero sí tratemos de que nuestra impuntualidad no pase de los 10 minutos. Llegar 10 minutos tarde es razonable, hacer que alguien te espere 30 minutos no tiene justificación amable.
Fuente: Actitud fem
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