En mi no existe el odio…

POR JUAN GUEVARA

Desde que tengo uso de razón he escuchado a mi padre, Manuel Guevara Ferreras,  decir: “del hombre habla sus actuaciones”. Por lo que entiendo que, a pesar de la vieja frase que dice: “de todo el mundo hablan”; creemos que las sistematizaciones provienen de nuestras propias conductas que mantenemos en la sociedad. Aunque no  somos el Todopoderoso para juzgar a nadie.

Consciente o no, hay quienes escriben muy “bonito” para connotar honorabilidad ante la opinión pública, cuando en nuestro ámbito profesional “todos nos conocemos”. He sido  un joven que sé que no soy perfecto; así no me creo mi padre celestial: Dios. Pero me  he dado las habilidades necesarias para evitar no caer en ambiciones, prebendas y no recibir dadivas.

No necesito dañar honras para llegar a donde el destino nos tiene previsto, así lo digo, porque no tenemos el don de ser profeta para predecir nuestro futuro. De eso se encargara: Dios, nuestra  salud, nuestra formación, las oportunidades, etc.…

En los tres años que tengo haciendo “pinino “en el medio digital que me ha dado la oportunidad de hacerlo; el cual es propiedad del cuasi periodista Omar Medina, quien es el único que puede dar testimonio cómo ha sido, es y será nuestra formación periodística. Es quien conoce mis pasos, lo que hago y cómo lo hago.

Siempre he dicho que el odio hace más daño al recipiente – al corazón que lo guarda- , que a quien se le piensa disolver; por tal razón: “¡en mi no existe el odio!”, solo que en nuestra sociedad se ha implementado una nueva ley, la cual establece que no se debe ser disidente a lo incorrecto — a lo que interpretamos nosotros que está mal—, a los hombres y mujeres que se basan en sus buenas formaciones y a sus honestidad, para darle aliento a los ciudadanos y ciudadanas  que respiran un cambio en nuestra sociedad… pero los inmorales tienen las experiencias y la trayectoria de hacerse victimas en nuestro entorno, con el objetivo  para hacer creer que ellos andan bien y los que estamos mal somos los contrarios a las bajezas que creen ellos que  nos imponen.

Para ir cerrando. Los comentarios que hacemos en nuestra red social de Facebook, estos están apegado a nuestra fuerza moral que nos caracteriza, y los mismos nos ha costado muchos insultos, debido a que “enganchados”  y otros expresan que somos su enemigo y no, no es verdad. Es que delante de perversos no se puede hablar de honestidad. O sea, delante de ahorcado no podemos hablar de soga.

… No somos hombres perfecto, tampoco lo queremos ser, ¡es iluso para quienes piensen serlo!, pero podemos tener el control de nosotros mismo, para no caer en lo común.  Le pedimos a Dios mantenernos en el camino del bien, de la decencia y las tentaciones de amigos que solo buscan comprometernos, para enlodarnos, y no. No vamos a caer, porque mucho sacrificio ha costado mi formación.

Por último. Sabemos que la clase periodística es una de la que mas carencia enfrenta, pero sobre todo, nos mantendremos apegado a nuestros valores y a la ética profesional.

“Yo tengo poco y lo poco que tengo lo necesito poco”, Marino Zapete.