Bulevar Turistico del Malecon
Esta obra fue una travesía consensuada por la
mayoría de las organizaciones que hacen vida en la provincia y más
especialmente, en el municipio de Barahona. Se comenzó a visualizar a partir
del 2004 y su propuesta fue objeto de un reglamento que
fue aprobado por la Sala Capitular de la Alcaldía local. En su primer pre diseño participaron la JICA
de Japón, la oficina de Ordenamiento Urbano del Ayuntamiento y el CURSO-UASD.
Se previó una Marina de Yates en el Cayo y sus
alrededores, área de baños en la zona de la llamada Casita Blanca, zona de
esparcimiento en todo el trayecto desde el Cayo hasta la Comandancia de la
Marina de Guerra. Convertir el puerto local en terminal turística y trasladar
las actividades industriales hacia otro lugar, más adecuado y seguro. Se previó conectar el bulevar, por medio de
dos avenidas laterales, una de tránsito liviano y una Avenida de la Salud, a
continuación de la Ciudad Universitaria.
Se hicieron todas las diligencias para que la
Secretaria de Turismo se interesara por la indicada propuesta y no fue hasta el
2008 cuando nos visitó el Secretario Francisco Javier García. En el encuentro
realizado con este funcionario, se le explicó todo lo relacionado con el Bulevar
y las propuestas consensuadas para el desarrollo del turismo sostenible en la
provincia y región, es decir turismo de naturaleza, deportivo, comunitario y de
rutas y senderos, entre otros.
Nuestra sorpresa fue grande cuando escuchamos
al Secretario decir que él no sabía que en Barahona se apostaba a un turismo
diferente al de Sol y Playa y al Todo Incluido. No sabemos qué cosas le habían
dicho los diferentes directores o encargados de turismo en la zona, pues
admitió que no tenía idea de qué cosas queríamos aquí. Es bueno señalar en esta
parte, que el tipo de turismo que le planteamos, derrama muchos beneficios a las
comunidades y la cadena de valor beneficia a todos, pero que al mismo tiempo,
ese tipo de turismo no necesita “engrasar” las ruedas oxidadas de los
corruptos.
Pensamos que ahí estaba la clave de la
desinformación en que se le había mantenido al Secretario (hoy Ministro) sobre
el tipo de turismo que Barahona y la Región necesitan. Para el 2009 sostuvimos
un gran encuentro con los técnicos de Turismo del nivel central y acordamos
todo lo relacionado con el Bulevar, sus características, alcances y además la
Secretaría adicionó elementos que no habíamos consensuado, como un teleférico.
Ya para el 2011 se le dio inicio a la construcción
del Bulevar y ahí conocimos que se había dividido en dos partes: un parque
litoral y el bulevar y que este último ahora llegaba hasta el empalme de la
avenida Enriquillo con la carretera Barahona-Paraíso. Quisimos participar como
veedores de la construcción y la compañía que se contrató (ECOCISA) nos impidió esa labor y se hacían los chivos
locos a todo tipo de planteamientos. A pesar de eso, hicimos (la Alianza
Estratégica) una evaluación técnica a la obra y encontramos que la misma era un
verdadero tollo. Hasta el punto que muchas intervenciones se hicieron a la
“brigandina”, sin criterios técnicos, con baja calidad, a pesar del alto costo.
Entregamos un informe al, ahora, Ministerio y
a CEIZTUR sobre los hallazgos y se nos vio como enemigos del ministerio y como
unos provocadores. No valieron razones ni realidades, la construcción siguió
tal como se había iniciado y así mismo concluyó. Los drenajes, las aguas
negras, los lineamientos de infraestructura, las imprevisiones, la baja calidad
de la obra, en fin, todo siguió tan campante como Johnny Walker, el caminador.
La obra nunca fue inaugurada y desde hace un
tiempo se observan deterioros en todo su trayecto, así como en las obras y
áreas. Sumado a eso se observa mal uso de algunos visitantes así como la
sustracción de equipos y materiales. Además, algo que pronto será un dolor de
cabeza, es la arborización con las palmeras. Se planteó, desde el inicio, que
los cables eléctricos del tendido, que van hacia Villa Central (incluidos los
del alto voltaje) fueran soterrados; pero eso no fue posible porque dizque se
gastaban 9 millones de pesos más. Al crecer las palmeras, ¿Qué vamos a hacer?
¿Cortarlas?
Otro nuevo dolor de
cabeza. Ahora se le empalma al bulevar una “circunvalación interna” y se dice
con, “aparente orgullo y desparpajo”, que eso aliviará el tránsito en el casco
urbano porque ahora los vehículos pesados van a pasar “todos” por el Parque
Litoral y el bulevar.
¡Que vivan los beneficios
y el “desarrollo” de los buscavidas de siempre!
Nos vemos en otra entrega,
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