Yo
aspiro
Tomando
como punto de partida la oportunidad inoportuna de los políticos
lanzados calle al medio, en una precampaña-campaña que muchos han
criticado, es oportuno expresar mis aspiraciones, porque si algunos
imposibles aspiran, ¿por qué no hacerlo este ciudadano de los del
número?
Parece
(y sin que parezca), que la presidencia de la República, una curul
congresual, una alcaldía, una junta distrital y hasta una simple
regiduría, son objetivos permanentes de muchísimos de los “líderes”
políticos que nos gastamos.
La
precampaña-campaña inició con el acelerador del vehículo
proselitista hasta el tope. Hay quienes han visitado casi la mitad
del país en esos aprestos (aunque un par de ellos ha dicho que andan
trabajando para fortalecer las estructuras partidarias) y hay otros
que están tomando los medios para lanzar sus consignas de “guerra”.
Desde
el partido oficialista, ya va por seis o siete el número de posibles
aspirantes, pese a que el gobierno tiene el deber de seguir
trabajando para resolver los lacerantes problemas que afectan la
sociedad dominicana. Es deber de todos los funcionarios y de los
dirigentes de ese partido, concentrar sus esfuerzos en fortalecer las
necesarias ejecutorias de un gobierno que apenas tiene un año de
haber sido reelecto.
Visto
lo anterior, Yo aspiro a que jamás inicie una precampaña-campaña
tan a destiempo. Aspiro a que los políticos de mayor nivel
dirigencial, aprendan a respetar las normas, y por vía de
consecuencias, aprendan a respetar al pueblo, a los electores. Que no
tomen como excusa de sus ambiciones, el principio de que “el mal
comío no piensa”, para iniciar la “zafra” económica que
significan las campañas electorales.
Aspiro
a que, la Constitución contemple la aplicación de medidas severas
contra los que la violen y violen asimismo las leyes adjetivas, sobre
todo las que rigen en materia electoral y en el rendimiento de
cuentas. Por ejemplo, si un presidente de la República, alcalde,
director de distrito o regidor, no cumple con sus funciones,
funciones para las cuales fue electo, se le aplique una ley o un
capítulo, artículo o acápite de una ley, que ordene el voto
revocatorio de su cargo, o revocatoria del mandato, aunque apenas
tenga seis meses de haber sido electo.
Aspiro
a que, así como la Ley 176-07 sobre el Distrito Nacional y los
Municipios manda a aplicar el manoseado Presupuesto Participativo
(que se aplica en casi ningún municipio), lo mismo ordene la
Constitución o cualquier otra ley, para el presidente de la
República y las diferentes instituciones del Estado. Es decir, que
al momento de elaborar el proyecto de Ley de Presupuesto General del
Estado, sean consultadas las organizaciones comunitarias de todo el
país (las famosas Fuerzas Vivas), para basar dicho proyecto en las
necesidades reales de la población (Presa de Monte Grande), y no
basada en los intereses políticos y empresariales de un puñado de
personas empoderadas del poder.
Finalmente,
aspiro a que ningún alcalde pueda permanecer en su puesto por dos,
tres, cuatro o más períodos, sin hacer nada útil para el municipio
que dirige, por más dinero que utilice en las campañas electorales
o por más acuerdos timoratos que se haga con partidos y agrupaciones
políticas que garanticen su permanencia en el cargo.
Quienes
me quieran apoyar, les invito a que comencemos a elaborar la boleta,
para que escojamos los genuinos “candidatos” del pueblo. A eso
Aspiro…
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