Migrantes
gritan en frontera México-Guatemala
TECUN UMAN,
Guatemala.- Un enfrentamiento entre miles de migrantes centroamericanos
que tratan de llegar a la frontera de Estados Unidos y la policía mexicana se
extendió durante la noche, con algunos migrantes colgados
de la puerta fronteriza entre Guatemala y México y otros durmiendo en el atestado
puente entre los dos países.
Miembros de
la caravana de más de 3.000 migrantes habían
tratado previamente de cruzar a la fuerza una cerca fronteriza guatemalteca y
se abalanzaron al puente sobre el río Suchiate, desafiando los pedidos de las
autoridades mexicanas de un cruce ordenado y las amenazas del presidente
estadounidense Donald Trump de represalias.
Pero fueron
recibidos el viernes por un muro de policías antimotines en el lado mexicano de
la frontera.
Unos 50 lograron cruzar antes de que los policías usasen gas pimienta y el
resto se retiraron, sumándose al grupo en el puente.
Policías y
agentes de inmigración comenzaron a dejar entrar a pequeños grupos de 10, 20 o
30 personas si deseaban pedir status de refugiados.
Una vez
presentan la solicitud, pueden irse a un albergue a pasarse la noche. Al caer
la noche sobre el puente, la frustración de los migrantes se
volvió desesperación, con mujeres con sus hijos en los brazos paradas en las
filas frente a la entrada fronteriza, rogándole a la policía federal mexicana.
Algunos migrantes gritaron
que tenían hambre. Otros gritaron que tenían niños con ellos, mientras que
otros colocaban lonas para prepararse para dormir en el puente.
Un oficial
de los marines mexicanos con un altavoz se acercó a la entrada y les dijo a
los migrantes que
serían llevados en camiones a un centro de atención humanitaria en Tapachula,
una ciudad fronteriza en el estado mexicano de Chiapas.
Pero no dijo
cuándo sucedería. Más tarde por la noche, el presidente mexicano Enrique Pena
Nieto dijo en un discurso a la nación que “un numeroso contingente intentó
ingresar de manera irregular a territorio mexicano agrediendo e incluso
lastimando a varios elementos de la Policía Federal que, en estricta
observancia de protocolos de derechos humanos, se encuentran desarmados”.
“México no
permite ni permitirá el ingreso a su territorio de manera irregular, y mucho
menos de forma violenta”, algo que “pone en riesgo a los propios migrantes”,
dijo.
El
presidente hondureño Juan Orlando Hernández dijo en Twitter el viernes por la
noche que habló con su contraparte guatemalteco, Jimmy Morales, y pidió permiso
para enviar a personal hondureño de protección civil al puente para ayudar a
los migrantes.
Agregó que
pidió permiso también para contratar transporte terrestre para quienquiera que
quisiese regresar y un puente aéreo para casos especiales de mujeres, niños,
ancianos y enfermos.
Hernández y
Morales planeaban reunirse en Guatemala el sábado por la mañana para discutir
la situación. Algunos migrantes, hastiados de esperar, se lanzaron del puente al
río Suchiate el viernes.
Migrantes formaron
brigadas de sogas para vadear las turbias aguas y algunos flotaron en balsas
operadas por residentes locales que usualmente cobran un dólar o dos por el
cruce.
Acner Adolfo
Rodríguez, de 30 años, uno de los últimos migrantes en
cruzar por una brecha en la frontera,
dijo que esperaba encontrar trabajo y una mejor vida lejos de la pobreza y la
violencia de las pandillas en Honduras, uno de los países más mortíferos del
mundo.
El
presidente estadounidense le ha dicho a México que está monitoreando su
respuesta. El jueves, amenazó con cerrar la frontera estadounidense
con México si las autoridades mexicanas no frenaban la caravana. Más tarde ese
día tuiteó un video de la policía federal mexicana desplegada en la frontera con
Guatemala y escribió: “Gracias, México, esperamos trabajar contigo”.
Funcionarios
mexicanos dijeron que aquellos con pasaportes y visas válidas — una pequeña
minoría de los que tratan de cruzar — serán autorizados inmediatamente a
entrar.
Los migrantes que
deseen solicitar refugio en México serán bienvenidos a hacerlo, dijeron, pero
aquellos que decidan cruzar ilegalmente y sea capturados serán deportados.
El
secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo se reunió el viernes con el
presidente Peña Nieto y el canciller Luis Videgaray en la Ciudad de México para
hablar sobre la caravana.
Pompeo
suavizó el tono de Trump y, aunque dijo que la migración ilegal era una
“crisis” y enfatizó “la importancia de frenar este flujo antes de que alcance
la frontera estadounidense”,
hizo un guiño para que el gobierno mexicano maneje la situación como mejor le
parezca. “México tomará su propia decisión”, dijo.
“Sus líderes
y su gente decidirán cuál es la mejor manera para lograr lo que considero son
objetivos comunes, y agradezco todo el esfuerzo que han hecho durante los últimos
días, incluyendo la solicitud de ayuda humanitaria realizada a Naciones Unidas
para encarar esta caravana migrante”.
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