Reflexion

Ayudarse unos a otros

Omayra Yireisy Mañán Pèrez

De la escuela que vengo de un padre sastre, activista ñolitico, conversador y madre fajadora abogada de su familia, carrera que no pudo finalizar para atender 5 niñas, reside en que ños hermanos se ayudan unos a otros.

Durante las largas noches de apagones, en sus tiempos en las calles Mella, Duarte, Barrio Las Flores nos contaban como trabajaban para ayudar sus hermanos menores y sobre todo sus amadas madres.

Mi padre limpiaba zapatos, mi madre vendía bombones y aguacate. Eso nunca como hijos nos avergonzó, decian: Estudien, sean profesionales y estarán mejor.

Mi hermana mayor fue la primera en trabajar en Sal y Yeso, antes de eso en un repuestos de motores en la calle Duarte. Y con su salario cambio la estufa de la casa, aportaba para pagar el colegio y me pago mi pastel de mis 15 años.

Nada mejor que seguir esa linea, ayudarse unos a otros, hoy estamos arriba, mañana no sabemos.

Vemos tantos casos de aquellos viajes de familias completas, buscando mejor vida en otros países, se llevan sus hermanas, sobrinos, casi todo el mundo.

Otros deciden quedarse en su tierra, pero dejan un pedacito de tierra, hacen una casita a cada hijo en su entorno. Ayudan a los hermanos que no tienen su casa o le inyectan en algún negocio, sueño, proyecto.

El hermano ayuda a su hermano en todo tiempo sin rencores, envidia, con total desprendimiento sobre todo, cuando mas lo pueda estar necesitando, sin esperar un acto de emplazamiento, sin esperar una noticia repentina, de donde no lo puedas volver a ver en este mundo de carne y hueso y su alma pase a un lugar mejor bajo la cobertura de Dios.

Por tanto lo que quieras hacer, hazlo ya y no esperes lo que quizás no puedas ya.

OM