Ya no me veo
contestando cada insulto que me dan. Simplemente he aprendido que el insulto no
es para mí, es para la persona misma que me lo está dando.
Ya no me veo
escuchando cada queja de la gente alrededor. He aprendido a respetarme y a
decidir no ser el basurero emocional de nadie.
Ya no me veo
escuchando a alguien y buscando en mí una historia más trágica, para
demostrarle que a mí también me ha pasado lo que a él o a ella. Ahora, solo
escucho y limpio memorias. Por alguna razón me la están compartiendo.
Ya no tomo
responsabilidades que no me corresponden, ni explico, el por qué no lo hago.
Ya no
discuto con la gente para salvar mi honor o mi nombre. Eso, es solo parte del
ego que me ha llevado a equivocarme y que al final, no le ha aportado mucho a
mi vida. El que crea que tengo honor que lo crea, y el que no, lo respeto y
bendigo su camino.
Ya no me veo
angustiada por qué alguien deja de hablarme o alguien ya no me quiere en su
vida. Es su vida y es su espacio, por lo tanto respeto la decisión, de todas
maneras si ya no me desea cerca, no creo que tenga mucho para aportarme.
Ya no me veo
preguntando aquí y allá por algo que quiero saber. Si lo quiero saber, voy a la
fuente y me comporto de manera madura para escuchar los chismes y mensajes
indirectos por Facebook. Era de las que no tenía la valentía para mirar a los
ojos, hoy, ya no tengo tiempo para eso.
Ya no me veo
triste, enojada, frustrada, deprimida o cualquier emoción que baje mi
vibración. No porque no vaya a volver a sentirlas, sino porque desgasto esas
emociones tan rápido como puedo y me enfoco en volver a tomar vuelo para ser
quien realmente soy.
Hoy, ya no
veo cómo antes, ni siquiera como ayer, así que día a día soy mi mayor
experimento, mi mayor investigación, mi mayor hallazgo.
Todos los
días, me descubro, me callo y miro dentro de mí. No es que menosprecie a los
demás, es que estoy muy asombrada de mí misma y ahí, es donde deseo mi energía
para vivir.
Ya no me veo
caminando por la vida sin luz, sin Dios, sin magia, sin amor incondicional, sin
mis ángeles y maestros. Ya no me veo pensando que Dios está afuera de mí y que
el cosmos es algo lejano que nunca conoceré.
Hoy, ya no
me veo como me veía hace unos días, semanas, meses o años, y es que decidí que
cada día era necesario evolucionar y que cada día podía usar mi varita mágica
para obtener lo que me hace feliz!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario