
Apenas un mes y un día después de los atentados del 11-S, un Airbus A-300 de la compañía American Airlines se estrellaba cuatro minutos después de despegar en una zona residencial de la ciudad de Nueva York, desenterrando el pánico y la confusión que vivió la ciudad tras el ataque contra las Torres Gemelas.
Casi desde el primer momento todos los indicios sobre la tragedia, que costó la vida a 265 personas, reflejaban que se había tratado de un fallo mecánico, pero ha habido que esperar casi un año para conocer las conclusiones definitivas de la investigación, que indican que el accidente pudo deberse a la brusquedad del piloto a la hora de manejar el timón del aparato en una situación comprometida.
En este vuelo viajaba la Barahonera Jessica Carolina Jiménez Caballo, Orlando Matos, entre otros.
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