NO VENDAS TU VOTO, VOTA POR EL PLD.

La JCE está gastando millones de pesos en publicidad invitando a la población a no vender su voto. Quizás, muchas personas rien y divierten con el buen llamado pero que al final cada quien elige su decisión personal. La gente sabe que los empresarios venden sus mercancías al precio impuesto sin que nadie le llame la atención con los altos márgenes de ganancia. Muchos políticos también buscan posiciones detrás de algún beneficio.

El pueblo ha aprendido mucho con aquellos dirigentes choferiles que bajo promesa reinvidicativa ponían al pueblo a apoyar y luchar y al final de la jornada con el saldo de heridos y muertos los llamados sindicalistas del transporte negociaban y recibían jugosas ganancias y ventajas, se llenaban los bolsillos y dejaban al pueblo con el sufrimiento. La población se cansó del engaño y de los dirigentes políticos farsantes y oportunistas que andaban en saltos y brincos buscando lo suyo a espalda del pueblo que confiaba en ellos. De manera que la experiencia es larga porque se aprendió sufriendo.

Para permanecer en política hay que recorrer un largo camino demostrando firmeza, coherencia y perseverancia defendiendo los intereses del pueblo. Tener una trayectoria de credibilidad aunque sea en la pobreza y con la frente en alto. Porque hoy los tránsfugas y políticos abundan y crecen, pero están cavando su tumba porque el pueblo conoce de sus andanzas. Ellos son capaces de vender el alma al diablo y se mueven buscando beneficios personales. En el país se venden partidos, candidaturas, posiciones electorales, cargos, puestos directivos e informaciones; hay un mercado electoral activo.
Los partidos depositan confianza y esos políticos traicionan y negocian el prestigio, esfuerzo y la dignidad del partido que se ha sacrificado. Los traidores se van a casa del contrario y a espalda de sus compañeros se venden por monedas. En su verdadero ser son comerciantes políticos disfrazados, aprovechadores que reciben dinero entregando escrúpulo y personalidad. Ya no les interesa el futuro político y manchan sus nombres para siempre.

El futuro pertenece a la juventud y debe tener fe y amor en su pueblo, rechazando y condenando a los traidores y claudicantes que prefieren caer sin nombre antes de llegar a la meta. Los jóvenes tienen buenos ejemplos a seguír, que les enorgullece, les prestigia e invita a capacitarse y luchar para servír con decoro a su Patria.

Por Victor Santana