El Congreso Nacional autorizó al Poder Ejecutivo, mediante la Resolución No. 62/20, a declarar el "estado de emergencia nacional" por un término de veinticinco días.
El Presidente de la República declaró el "estado de emergencia" en fecha 10 de marzo del 2020, a los fines de enfrentar el coronavirus, evitar la expansión y asistir a los más vulnerables, a través del decreto 134/20.
Se contempló que si cinco días antes del vencimiento de la fecha de la declaratoria de emergencia, persistían las causas que le dieron origen, el Ejecutivo podría pedir una prórroga al Congreso Nacional.
A mi humilde modo de ver las cosas, la situación que justificó la declaratoria del "estado de emergencia" ha empeorado, de algunos casos que se tenían el 10 de marzo, a la fecha pasamos de mil infectados, con decenas de muertos, y con una tendencia exponencial del contagio.
El cinco de abril se vence la fecha otorgada al Ejecutivo, de ahí que lo prudente es que se prorrogue el "estado de emergencia", lo que debería estar acompañado de una cumbre de los principales lideres políticos del país para que definan una agenda nacional que permita cumplir con los objetivos de la declaratoria de emergencia, así como para que reflexionen, de manera madura y sin sectarismos, el futuro de las elecciones generales de mayo.
Se debe recordar, que los Estados Unidos, no autorizó la celebración de las elecciones dominicanas en su territorio, debido, precisamente, al coronavirus. Que España, Italia y otros paises donde hay una alta concentración de dominicanos, actualmente están bajo "estados de excepción", lo que implica que los votos de los dominicanos en el exterior están en "entre dicho".
Con respecto al voto de los dominicanos en el país, de persistir la pandemia, no luce sensato exponer la población a una aglomeración tal que comprometa su salud y vida. Si las elecciones se celebran en la fecha constitucional, habría una alta abstención electoral.
El país ya acumuló un precedente con las elecciones pasadas, que se efectuaron en una fecha diferente a la prevista en la Constitución, de ahí que ante la situación actual, de ser necesario, se podría seguir ese mismo camino.
El problema del coronavirus a penas empieza en el país, sin embargo, un liderazgo político maduro y una población sensata, podrían agendar, razonablemente, los pasos a dar para enfrentar el desastre de la pandemia y establecer un calendario electoral alterno, que salve la celebración de las elecciones sin poner en peligro al Pueblo dominicano.
Esperemos en Dios que ilumine a la clase política nacional, en estos momentos de agobio; que dote al pueblo dominicano, de la sensatez suficiente, para que enfrente con gallardía los desafíos que se derivan de esta lamentable pandemia.
Por Dr. Carlos Julio Feliz Vidal.
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