Lamentaron que a casi dos años después de ser convocados, todavía figuran como empleados temporeros, sin garantías de permanecer en sus puestos.
«Perdimos familiares por llevarles el COVID-19 a los hogares. Todo esto sacrificándonos para poder lograr un nombramiento por el SNS, el cual fue prometido al momento de llamarnos», explicó Felicita Ortiz, una de las voceras del grupo.
Señalaron que se han reunido en múltiples ocasiones con el director del SNS, Mario Lama, y con la directora nacional de Enfermería del Ministerio de Salud Pública, Yolanda Saturria, quienes se han comprometido varias veces con nombrarlos, según su versión.
Actualmente siguen trabajando en el centro médico, pero con la incertidumbre de ser destituidos en cualquier momento.
Advirtieron que de no ser atendida llevarían hasta el presidente Luis Abinader su reclamo de que sea pagado el sacrificio que dicen haber hecho.
José Ramírez recordó a las autoridades que ellos dieron la cara cuando todo el mundo estaba en pánico y nadie quería trabajar en hospitales, clínicas y en ningún lugar que oliera a Covid-19.

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