Tragedia en altamar eleva a 7 las víctimas de un viaje frustrado - El Playero Digital

lunes, 14 de julio de 2025

Tragedia en altamar eleva a 7 las víctimas de un viaje frustrado

 El mar Caribe, con su aparente calma y su promesa de nuevos comienzos, fue otra vez testigo de una tragedia. El pasado viernes, las autoridades rescataron a 17 personas que sobrevivieron al naufragio de una yola con más de 40 ocupantes, ocurrida frente a las costas de la playa Juanillo, al Este del país.

Ayer, rescatistas recuperaron un cuerpo más, aumentando a siete las víctimas, según confirmó Fernando Castillo, director provincial de la Defensa Civil.

El grupo, compuesto por dominicanos de zonas como Higüey, Santo Domingo y Baní, así como migrantes haitianos, tenía como destino la vecina isla de Puerto Rico.

Era un viaje cargado de ilusiones y desesperanza. La embarcación, construida con madera y materiales precarios, no contaba con las condiciones mínimas de seguridad. Aun así, zarpó. Y se hundió.

Hasta el momento, siete personas han sido reportadas muertas. Entre ellas, una joven haitiana de aproximadamente 26 años, y un dominicano de 47 años. Sus cuerpos, junto a los demás recuperados, fueron llevados a la morgue del Hospital Regional Dr. Antonio Musa, en San Pedro de Macorís.

En la noche del sábado solo un cuerpo estaba sin identificación que, de acuerdo al médico legista, Radnei, en caso de no ser reclamado por ningún familiar procederán el día siguiente (domingo) a realizar la autopsia para darle sepultura debido al proceso de “descomposición”.

En el Hospital Municipal de Verón, donde fueron atendidos los sobrevivientes, permanecían hasta la mañana del sábado dos personas en observación, pero ya en la tarde habían tenido la de alta médica al igual que los demás, según informó la directora del centro, Ivette Dib.

Mientras familiares vivián la angustia de no saber el paradero de sus seres queridos, las labores de búsqueda continúan mar adentro, dificultadas por la presencia del sargazo, fuerte oleaje y nubes de polvo procedentes del desierto del Sahara que ha cubierto la zona. 

En la costa se sienten el luto y la impotencia. “Soy su familiar, pero no queremos dar declaraciones”, se limitó a decir una mujer, mientras esperaba el carro fúnebre que llevaría el cuerpo de un pariente.

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