Crueldad y dulzura de encuestas políticas
Las encuestas son bien recibidas, buenas y aceptables para
quienes salen beneficiados o seguros triunfadores y malas, rechazadas y
cuestionables para los desfavorecidos que llegan a descalificar la efectividad
de este instrumento de medición de simpatía o tendencia de mercado.
Los que tienen un escenario de derrota prefieren y rezan para
que no se publiquen esos números hirientes o demoledores. Es observable que
cuando se dan a conocer estos resultados en algunos sectores políticos se
generan problemas de salud, nerviosismo, desesperación y actitudes desafiantes
y ofensivas por quienes son afectados. La sucesiva publicación de los datos que
marcan una definición perjudican al candidato opositor principal, le acelera y
aumenta la presión y adopta una forma brusca y poco política que le conduce a
desaciertos, preocupaciones y reclamos injustificados e improcedentes.
El candidato opositor principal a la vista de la mayoría no
reúne las calificaciones o requisitos básicos para ocupar y desempeñar esta
compleja responsabilidad. No ha presentado la primera propuesta factible o
sustentable que le genere simpatía o mérito en la población. Lanza deseos y
aspiraciones al aire, en realidad no tiene ninguna solución. Desde su salida al
ruedo o campaña se ha concentrado en criticar las buenas obras de gobierno del
presidente Danilo Medina. Estos errores continuos le reducen el porcentaje de
seguidores y sus compañeros cercanos se alejan porque lo ven un perdedor seguro
y todavía crudo. Se le reitera la petición de esperar un tiempo para prepararse
mejor y pueda lograr sus sueños.
El candidato opositor principal se agarra de un "clavo
caliente", busca una tabla de salvación con un grito desesperante de
llamar a un debate, una especie de revancha que al sentirse derrotado está
buscando un golpe de suerte. Está convencido de su derrota, no tiene otro
camino. La población sabe que no tiene propuesta porque diario ve que no hay
novedad en sus ofertas, ese es su gran debate.
Reiterar a todos los opositores que el futuro del país
descansa en un gobierno de unidad, integración de voluntades con el propósito
de trabajar en un proyecto de desarrollo y progreso sostenible que requiere de
todos los partidos opositores porque ya el pueblo ha confiado en el presidente
Danilo Medina para que conduzca la nación a un destino seguro de bienestar
general.
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