En corto

Vigilancia y claridad

Por Hidalgo Rocha Reyes 

El  señalamiento de los implicados y el móvil del caso del abogado, catedrático y periodista  Yuniol Ramirez han traído por los cuernos algunas consideraciones que llaman al análisis del caso y una que otras reflexiones sobre el mismo uno se hace, aun sabiendo que faltan muchos elementos por aclarar por parte de la fiscal que lleva el caso. Pero como ella misma dijo, siguen las investigaciones. 

Para nadie es un secreto que la sociedad tiene los ojos sobre los hombros de los funcionarios del actual gobierno. Desde el caso Odebrecht, aquel que le dio a la marcha verde algunos escalones para sobrevivir al devaneo comunicacional, de una noticia tumba otra, estos y el mismo gobierno se han mantenido en el juego de la vigilancia y la claridad.   

  

Es por ello, que lo planteado sobre la extorsión mucho, en una sociedad politizada como la nuestra, no quiere creer, y más aquellos que comulgan con la desgastada Marcha Verde, porque la situación de Yuniol les favorecía si solo se presentaban a los supuestos actores del asesinato. Pero dentro de ese mismo juego de Vigilancia y claridad e independencia, el gobierno ha señalado a los supuestos actores del hecho y los motivos.

Al hacerlo, el gobierno de Danilo Medina ha dado la mejor de la nuestra de ese compromiso social que todos esperamos, de someter a la acción de la justicia a todo aquel que se desvíe de los preceptos morales exigidos a todo funcionario. Si fueran otros tiempos y no existiera ese compromiso, se hubieran presentado a par de jarto e’ jobo como los responsable de ese hecho y caso cerrado.

Es por ello, que al señalar a los supuestos autores de este caso, también el gobierno ha dejado ver claramente que, como lo manifestó la fiscal actuante, el administrador de la OMSA  mando a sobornar a Yuniol Ramirez para que éste retirara o depusiera sus intenciones, y de que si este (el director de la OMSA) estaba cometiendo actos dolosos en esa institución. Claridad, vigilancia e independencia de los poderes del Estado.

Uno, denunciante y luchador contra la supuesta corrupción, pero que se desvió ante los sabores del dinero, según la fiscalía, y otros llamados a ser manejadores de los recursos de todos con la mayor pulcritud, estaban, aunque no sea dicho directamente, cometiendo actos de corrupción.Además de que el pago de un millón por la extorsión es equivalente a una confesión de corrupción.

Por otro lado, solo queda saber bajo mandato de quien actuaron los actores materiales. Si por cuenta propia, buscando sus comisiones, si estos eran los enlaces  o si el director de la OMSA actuó como actor intelectual, aparte de manifestar claramente, reitero según las declaraciones de la fiscal actuante, de que tenía que callar a Yuniol Ramirez entregándole 4 milloncitos para las navidades. Pero Callando qué? Lo denunciado.

Lo que sí es claro, por lo expresado por las autoridades encargadas de las investigaciones, es que este caso se trato de soborno y extorsión. Aunque muchos por sus intereses no quieran aceptar, por aquello de que los muertos no hablan, pero en justicia los hechos si lo hacen. Cada caso tiene su teoría. Cada hecho deja su estela de evidencias que manifiestan el móvil y el por qué de las cosas.

Para mí,  ya para fundamentar este caso, a la fiscalía solo le queda esclarecer algunos puntos ciego que no se entienden. Por ejemplo explicar las adquisición de las conversiones en el carro, Como y hacia donde salió un deportado. Los teléfonos de Yuniol estaban en el vehículo, Donde lo llamaron?  De un acuerdo de 4 millones solo le entregaron uno. Los otros pa’ cuando? El restante fue el móvil? Etc, etc. y por los demás siga usted.