Decanos de la extorsión y del chantaje
Todavía no
hay en República Dominicana un casillero donde colocar o ubicar apropiadamente
a los mafiosos y chantajistas del transporte, vestidos de sindicalistas, ya sea
los que defienden el transporte de carga o de pasajeros. Son en conjunto una
especie de organización desorganizada, un grupo de extorsionistas sin local
propio para trazar sus malsanos propósitos ni reunirse o departir con sus
familiares y allegados.
Con sus posiciones y planteamientos de troglodistas
caníbales han logrado torcerle el brazo a los gobiernos de turno, los que se
muestran pusilánimes e indefensos ante la embestida de los empresarios del
transporte.
Aunque se
posicionan en diferentes frentes de lucha, algunos bajo la sobra de algún
partido politico, parecen en cambio tener un propósito común: torcerle el
pescuezo al Gobirtno a base de chantajes para obtener pingües beneficios y
prebendas que les permitan aumentar sus riquezas personales. Conforman una
jauría de lobos rapaces con pelambre de dóciles corderitos.
Los
gobiernos que se han sucedido en el poder parecen no contar con una herramienta
o bisturí que corte de raíz el cáncer que ellos representan para la sociedad,
la que a la larga usan como trampolin o punta de lanza para el logro de sus
aviesas pretensiones. Por lo general los transportistas aumentan o amenazan con
aumentar medalaganariamente el costo del pasaje y de los productos agrícolas
cuando los combustibles, por razones de la oferta y la demanda en los mercados
internacionales sube de precios.
Es obvio,
entonces, que los choferes hagan lo propio aumentando el pasaje y/o para
manteer un equilibrio en su economía. Al fian es el pueblo el que tiene que
pagar los platos rotos como todo un culpable de los vaivenes de los precios de
los combustibles sin ninguna opción a su favor. Hasta ahí todo se perfila como
debe ser y lo demandan las circunstancias.
Ahora bien,
pese a que todos los combustibles han experimentado una rebaja sustancial en
sus precios durante más de ocho semanas consecutivas, los choferes rehúsan
traspolar esas rebajas al precio de los pasajes y/o servicios para que de igual
manera el pueblo pueda beneficiarse y sentir un alivio en sus bolsillos y
consecuentemente en su economía, estos (los choferes) se niegan aduciendo que
el costo de los productos de primera necesidad siguen altos al igual que el
precio de los neumáticos, los repuestos y demás cosas que se necesitan para
mover un vehículo... O sea, que es una doble moral la que esgrimen los choferes
en general, ya que aún cuando protestan por el alto costo de la gasolina, lo
que la mayoría de ellos usa es GLP, combustible más barato para el consumo
domestico.
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