Te echo de menos, madre
Parece que
fue ayer cuando tu ausencia me hizo llorar, lo que se replica cuando te busco y
no te veo. Y es que te echo de menos por perder el privilegio de estar cerca de
ti y “dormir” a tu lado para recrear mi niñez privilegiada con una
madre cómo tú.
Te echo de
menos, madre, porque en mi adultez me siento más niña a causa de tu ausencia.
Te busco y no te encuentro pese a que estoy segura que estás cerca de mí.
Llevo
conmigo tus enseñanzas sobre la importancia de respetar el derecho ajeno,
de no dañar a nadie y de no hacer a otros lo que no se quiere para uno.
Madre, tengo
la impresión de que una parte del mundo cojea porque abundan los que quieren
llegar rápido y tenerlo todo sin importar el costo de su indignidad.
Respecto a
lo antes dicho, medre, no he caído en “ese gancho”. No pienso defraudarte e
igual piensa el resto de la prole. Queremos lo que Dios nos tenga
reservado. Respeto por igual al más encumbrado como al más humilde.
Tus nietos,
que también son motivo de orgullo para ti, siguen las reglas que nos enseñaste
y transmitimos a ellos. Son jóvenes ejemplares y cada día damos gracias y
pedimos al creador que los proteja dondequiera que se encuentren.
Te aseguro,
madre, que todos tus nietos son jóvenes con mucha dignidad. Mantenemos esto
pese al criterio de quienes afirman que con la dignidad no se compra nada en el
súper. Esto no nos inmuta en lo absoluto. Cada quien es dueño de su destino.
En realidad
lo que te cuento de tus nietos necesariamente no es motivo de elogios, es para
que sepas que todos parecen cortados por la misma vara: la del respeto y
la dignidad. Esto se ha replicado en los demás hijos y nietos
suyos.
Sabemos que
Jesucristo le tiene en gracia y eso nos reconforta. En este lado del
mundo andan muchos chivos sueltos haciendo y deshaciendo. Sin embargo la
mayoría del dominicano es gente buena y trabajadora.
En fin, se
trata de dominicanos que no son pecaminosos y apuestan a que tendremos un
mejor país si cada quien pone su grano de arena, porque el país es de
todas las personas que luchan por una patria mejor, no hablando, sino
trabajando.
Perdona
la cháchara de esta ocasión. Te queremos y tratamos de mantener la crianza que
nos enseñaste. Cada hijo no se equivoca cuando dice que tiene la mejor
mamá, ya sea que esté presente o se haya ausentado de este mundo como es su
caso. Por eso te echo de menos, madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario