El amor en tiempo de cólera

!LA MALETAAA!

Dannerys Arias Ramirez.

Recuerdo que en mis años mozos, visitaba mucho la ciudad capital, en su mayoría eran viajes de diversión; mi hospedaje era en casa de amigos que estaban estudiando en Santo Domingo; dentro de este círculo de amigos, había uno en especifico que le gustaba una hermosa cibaeña de su universidad. 

Esta chica al ser tan solicitada y tener muchos pretendientes tenia la peculiaridad de establecer horarios a cada conquistador demostrando con esto una gran agilidad para mentir; pero con su atención, su dulce voz pausada y sus ademanes adecuados, inspiraba confianza y encanto a quien la visitaba; al punto de que en las primeras visitas quedaban los enamorados encantados y era inmensa la cantidad de detalles, regalos, invitaciones que esta recibía.

Los amigos al darnos cuenta de la actitud de la joven rubicunda,que tenía más de 10 pretendientes y tres novios formales (en ese tiempo era más fácil ser infiel, no existían las redes sociales solo algunos celulares sin cámaras y los beepers); decidimos decirle a él que abra los ojos, que vea la realidad y a esa difícil tarea me encomendaron a mí. Una mañana dominical, lo paso a buscar lo llevo a un “Dume” (colmados de bebentina muy famosos en la capital, de origen banilejo, existían como cuatro en ese tiempo); le explique la situación y el problema que puede tener por esa mujer, termine de hablar e inmediatamente me manifestó:

“Buenoooo Dannerys, no son tres novios; ya somos cuatro, yo me siento feliz con mi mujer; dile a los tigres que no jodan con eso y que me dejen ser feliz, ¡no se la voy a dejar a ningún pendejo!”.

Luego al pasar un tiempo (alrededor de tres meses); nos enteramos que a la rubia la iban a votar de la pensión de estudiante donde ella vivía; porque había roto ciertas reglas y normas de conducta que exigía la propietaria del inmueble para tenerla en calidad de estudiante. 

Nos reunimos de nuevo, lo jalamos a capítulo, le explicamos la situación y la contesta final fue: !!Tarde se dieron cuenta; yo ya tengo su maletaaaaaaa!!

El autor es abogado y comunicador